La resistencia a la insulina es una condición que aumenta su riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2. En donde, las células del músculo, hígado y tejido adiposo necesitan de mayor estímulo de insulina para permitir que la glucosa en sangre entre a la célula. Cuando esto no es posible, aumentan los niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, saber que tenemos esta condición nos permite tomar acciones que puedan revertir o retrasar la aparición de otras enfermedades como Diabetes Mellitus tipo 2. ¿Cómo se diagnostica la resistencia a la insulina?
Por lo general, las personas con resistencia a la insulina, pre-diabetes o síndrome metabólica no presentan síntomas clínicos. Se sospecha en personas con obesidad, personas sedentarias y personas con acantosis nigricans.
Pre-Diabetes
Por otra parte, cuando solo tenemos niveles alterados de azúcar en sangre, pero aún no cumple con criterios para confirmar el diagnostico de diabetes, podríamos padecer de prediabetes. Donde la glicemia en ayuno varia entre 100 y 125 mg/dl o glicemia alterna en ayuno, también, una glicemia a las 2 horas postcarga entre 140-199 mg/dl o conocida intolerancia a la glucosa, o una HbA1c entre 5,7-6,4%. Los pacientes con pre-diabetes deben ser evaluados por médicos y tener controles metabólicos anuales.
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico son factores de riesgo que en conjunto se asocian con diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular. En caso de presentar al menos tres de ellos, se llama síndrome metabólico. Estos factores de riesgo incluyen:
- Obesidad abdominal, tener una circunferencia abdominal mayor a 102 para hombres y 88 para mujeres, es un factor de riesgo mayor para enfermedades del corazón que acumular demasiada grasa en otras áreas.
- Elevados niveles de triglicéridos plasmáticos.
- Bajos niveles de colesterol HDL, conocido como colesterol «bueno» porque favorece la salud arterial.
- Niveles elevados de presión arterial (>130/>85 mmHg).
- Niveles de azúcar en sangre elevados en ayuno.
Enfoque terapéutico:
En todas las condiciones anteriores la base del tratamiento debe estar enfocada en mejoras en los hábitos alimenticios, dieta de valor nutricional y ejercicio, buscando lograr una pérdida de peso de 7%. En algunos casos puntuales, según el riesgo individual de cada pacientes podrán necesitar tratamiento farmacológico, asociado a los controles médicos frecuentes, adicionalmente, educación en el autocontrol puede ser útil en estos pacientes a la hora de fijar comportamientos saludables con los que prevenir o retrasar el desarrollo de diabetes mellitus tipo 2.

